Para explicar la conducta del consumidor, la
economía se basa en la premisa fundamental de que éste tiende a elegir los
bienes y los servicios que más valora.
Para describir la manera en que los consumidores eligen entre las
diferentes posibilidades de consumo, los economistas desarrollaron hace cien
años el concepto de utilidad, con la ayuda del cual fueron capaces de obtener
la curva de demanda y de explicar sus propiedades.
Utilidad: Denota satisfacción. Se refiere al grado en que los consumidores
prefieren unos determinados bienes y servicios.
En la teoría de la demanda,
decimos que los individuos maximizan sus utilidad, lo que significa que
eligen la cesta de bienes de consumo por la que tienen una mayor preferencia.
Utilidad: Satisfacción total
que reporta el consumo de bienes y servicios.
¿Cómo se aplica la utilidad a la teoría de la
demanda?
Supongamos que el consumo de la primera unidad de un bien, como el
helado, nos reporta un determinado nivel de satisfacción o utilidad. Imaginemos ahora que consumimos una segunda
unidad. Nuestra utilidad total aumenta
debido a que la segunda unidad del bien nos reporta una utilidad adicional. ¿Qué ocurre con la tercera y con la cuarta
unidad de ese mismo bien? Al final, si comemos bastante helado, en lugar de
obtener más utilidad, ¡caeremos enfermos!
Esto
nos lleva al concepto económico fundamental de la utilidad marginal, Cuando comemos una unidad adicional de
helado, obtenemos alguna satisfacción o utilidad adicional. Este incremento de la utilidad se denomina utilidad marginal.
“La expresión
marginal es
un término clave en economía y siempre se utiliza en el sentido de adicional”