Adam Smith, en su libro, La riqueza de las Naciones en
1760, defensor de su principio de la "mano invisible", según la cual
todos los individuos, al buscar egoístamente su bienestar actúan como si fueran
dirigidos por la mano invisible y logran lo mejor para todos. Según él toda
interferencia del Estado en la libre competencia era perjudicial. La
competencia perfecta para Smith haciendo uso de su principio representaba
ventajas ya que ninguna empresa o consumidor es suficientemente grande para
influir en el precio de mercado. Esta doctrina se aplica a economías; en las
que todos los mercados son perfectamente competitivos.
Para
que exista un mercado de competencia perfecta se debe cumplir las siguientes
condiciones:
Ø Todas
las firmas competidoras producen un bien homogéneo.
Ø Libre
entrada y salida de firmas al sector industrial.
Ø No-intervención
del Estado en la actividad económica.
Ø Conocimiento
de las condiciones del mercado por los interesados y
Ø Perfecta
movilidad de los factores de producción.
Competencia Imperfecta o
Competencia Monopolística
Su mismo nombre señala ciertos elementos en este tipo
de mercado de imperfección. Un mercado de competencia imperfecta se da cuando
una empresa induce al consumidor a preferir un producto en perjuicio de otra
empresa, que compone la industria, diciendo que su producto es mejor ya que no
existe homogeneidad como sí se da en la competencia perfecta.
El concepto de diferenciación usado para la competencia
imperfecta se utiliza para inducir en alguna forma a los consumidores a
preferir el producto de una empresa en particular por otras razones que no son
la diferencia de precios.
Algunas
diferencias usadas son:
Ø Costo
de transportación del cliente.
Ø Garantía
de buena calidad asociada con el prestigio de una casa comercial de reconocida
reputación.
Ø Facilidades
que brindan los diferentes productores.
Ø La
rapidez en el servicio, buen trato, los términos del crédito, etc.
Ø Derechos
de uso exclusivo de una marca registrada.